El gran desafío: Solidaridad y Responsabilidad Social

23/11/2020
RSE

Por Analía Sanchez | Docente y empresaria agrícola del Valle de Traslasierra

El trabajo en mi vida se divide entre dos sectores: el de profesora de Economía, Gestión, Marco Jurídico, y el de empresaria agrícola, dos mundos muy alejados pero a la vez muy relacionados, que lograron hacerme ver realidades desde puntos de vista distintos y por lo tanto formar diferentes criterios.

Como empresaria agrícola he vivido esta pandemia con las mismas preocupaciones que todos los habitantes, sumándole la responsabilidad de tener que seguir produciendo alimentos, tomando precauciones para mí y para los trabajadores, cuidándonos todos para evitar la propagación del virus, y corroborando, como siempre, las inmensas ganas y necesidad de trabajar de la gente, a pesar de los miedos.

Como docente, en el interior del interior, y desde la virtualidad, pude evidenciar que la falta de conectividad de muchos de nuestros chicos y también de sus padres se ha transformado en una de las grandes desigualdades e injusticias sociales de la actualidad, situación que debemos revertir urgentemente. Acceder a internet para apropiarse del conocimiento debe ser un derecho sin barreras en el que debemos trabajar rápidamente.

En mi tarea docente siempre estuve muy cerca de las vulnerabilidades, necesidades e injusticias que viven los chicos y sus familias, lo cual me ha llegado siempre al corazón. En el sector empresarial veo las ambiciones desmedidas, la competencia implacable y cuánto le cuesta a gran parte de este sector ser solidario y ponerse en el lugar del otro.

Mi humilde aporte, en la escuela, es enseñar a mis alumnos que las personas en su tarea diaria tienen grandes responsabilidades sociales, y que es muy importante que cada uno se plantee cuáles son las suyas y las cumplan, porque de ello depende que todos vivamos mejor y podamos ser una sociedad feliz.

Hay quienes tienen clara su función social, pero algunas personas nunca entendieron cuál es la suya. Gran parte del sector empresario cree que su función social es simplemente producir bienes y servicios de calidad y que por hacerlo tienen el derecho de acumular riquezas ilimitadamente sin importarle la pobreza y el sufrimiento del otro. Son pocos los que saben, y mucho menos sienten, que su responsabilidad social es generar empleo, redistribuir la riqueza, cuidar el medio ambiente y tantas más.

Por ello creo que el gran desafío fue, es y será revertir poco a poco esa forma de pensar, a través de la educación, de las charlas con amigos, de la familia, de las redes, de los medios. Poco a poco, sin confrontar, a través del trabajo asociativo y solidario, no solo promoviéndolo sino ejerciéndolo, porque no hay mejor enseñanza que el ejemplo.

Los invito a todos quienes lean estas líneas a ponerse en esa tarea, desde cualquier lugar que les toque, estoy segura que más temprano que tarde conseguiremos vivir en un mundo feliz y con justicia social.

Gracias por su tiempo.

Abrazo Solidario.