Por Eduardo Fernández | Diputado Nacional | Presidente del Partido Solidario Córdoba
El miércoles 1° de diciembre se aprobó en primera lectura el proyecto de Presupuesto provincial para 2022. Si bien aún restan la audiencia pública y el tratamiento en segunda lectura, la gran mayoría que tiene Hacemos por Córdoba (HxC) en la Unicameral le garantizan al Gobernador la aprobación del proyecto.
La primera conclusión que podemos sacar es que este Presupuesto no representa los intereses del pueblo, porque no hace otra cosa que confirmar el rumbo que ha tomado desde hace años el gobierno de HxC, que es el de la reprimarización de la economía, una de las causales del desempleo y los bajos salarios. Esto se explica en parte por la abrupta caída en términos reales de las partidas destinadas a producción y trabajo. Un dato que demuestra esta caída es que mientras en 2012 la participación de la partida destinada a industria significaba el 0,19 por ciento del total del Presupuesto, en 2022 esa participación significa el 0,07 por ciento del total.
A partir del modelo del oficialismo provincial, Córdoba se ha convertido en uno de los distritos con los índices más altos de pobreza y desocupación en el país. Para Schiaretti, esta crisis no amerita que se replantee el rumbo elegido, sino por el contrario, su administración sigue generando las condiciones para que crezca la desigualdad.
La importancia del frente
Hace una semana editorialicé sobre la importancia de construir un frente con características locales, que forme parte de estos debates e instale la visión y las propuestas de un importante sector en Córdoba. Con el esquema legislativo actual, las y los defensores del capital concentrado en la provincia tienen prácticamente el monopolio de las decisiones, salvo algunas escasas excepciones.
En gran parte de la oposición hay una aceptación del modelo implantado en la provincia, y ello queda al descubierto cuando, desde sus bancas, muchas y muchos legisladores lo único que objetan son cuestiones cosméticas, pero no debaten el gasto y el origen de recursos que definen el modelo schiarettista de desigualdad y pobreza.
Por dar un ejemplo, en el Presupuesto para 2022 en el rubro de producción y trabajo en términos reales las partidas han caído respecto al año pasado un 17,2 por ciento, en momentos donde debería fortalecerse más que nunca, como propuesta para la salida de la crisis. Como agravante, durante toda la gestión estas partidas han sido subejecutadas. Al 2 de diciembre, la ejecución de programas industriales y PyMEs no llegaba al 60 por ciento devengado.
Ni hablar de la política impositiva que castiga a quienes tienen mayores problemas; los grandes y preocupantes niveles de endeudamiento en dólares de la provincia; o el desarrollo del plan de obras públicas que no soluciona los problemas urgentes como la falta de servicios, sino que están pensados en muchos casos para favorecer el desarrollismo inmobiliario, sin mencionar las graves consecuencias ambientales que muchas de esas obras traerán.
Por todo lo mencionado, la presencia de nuestra propuesta debe nacer desde cada ciudad y pueblo cordobés, marcando las bases para la construcción de un frente político y electoral que nos permita disputar las elecciones en intendencias, jefaturas comunales y en la gobernación en 2023, con características populares y progresistas.
Este planteo no nace de un grupo de “iluminados”, sino de la necesidad que surge a partir del diálogo que venimos sosteniendo con militantes, vecinas y vecinos, comerciantes, empresarias y empresarios, cooperativistas, y sindicalistas, entre otros; y que claramente necesita ampliarse mucho más.
Para ello debemos articular sin sectarismos y con responsabilidad. Desde mi lugar, estoy más que dispuesto a seguir dialogando en cada lugar de la provincia de Córdoba, aportando las herramientas con las que contamos, para sumar a la articulación de este movimiento que tiene que permitirnos trabajar en pos de la construcción de un frente que busque transformar la realidad de nuestra Córdoba.