Por Eduardo Fernández
Mientras la media nacional de desempleo bajó entre el cuarto trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021, en el Gran Córdoba la desocupación subió del 13 al 14,8 por ciento. Además, es el conglomerado urbano de mayor desocupación en el país, donde contrasta fuertemente con otros grupos poblacionales como el Gran Rosario o el Gran Buenos Aires.
Por cierto, hay que destacar que, entre las personas ocupadas, casi la mitad presenta además algún conflicto con su situación, ya que están sub ocupadas o demandan otro empleo. En todas las problemáticas laborales mencionadas, el Gran Córdoba lidera los rankings nacionales.
Estos datos configuran un grave problema no sólo en el Gran Córdoba, sino en toda la provincia, donde las políticas tomadas en los últimos años en materia de producción y trabajo, sumadas a la crisis nacional por los efectos de la pandemia, han generado una difícil situación para Córdoba.
Retroceso
Hace algunos meses me referí a un estudio realizado por el Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad (OTES), que daba cuenta del fuerte retroceso que vienen sufriendo los presupuestos en materia industrial en la provincia. La decisión de la gestión de Unión por Córdoba, hoy Hacemos por Córdoba, fue la de reprimarizar la economía, fortaleciendo el agronegocio por sobre la industria.
En esta línea vale aclarar que hacia el 2018 la actividad agropecuaria explicaba el 17 por ciento de la producción provincial y sólo participaba del 5 por ciento del empleo; mientras que la industria era responsable del 15 por ciento del producto y participaba del 20 por ciento del empleo. Esto nos lleva a concluir, como ya hemos dicho, que el agronegocio no cuenta con la misma capacidad para generar empleo que la industria.
Retomando, este retroceso en términos de apoyo estatal es una de las razones de la situación laboral. Según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE), en el período comprendido entre 2016 y 2020 el sector privado registró un saldo negativo de 17 mil fuentes de empleo en Córdoba, donde la industria manufacturera perdió 12 mil. Las condiciones en el plano nacional e internacional no acompañaron, pero es preocupante que la provincia se resienta tan fuerte frente a los contextos adversos.
Desde hace años, los sectores PyME y los trabajadores venimos pidiendo un cambio de paradigma en Córdoba, que priorice el trabajo y pueda hacer frente a la situación económica, con un sentido redistributivo y combatiendo la concentración de recursos en pocas manos.
Una salida
En las próximas elecciones de medio término elegiremos qué rumbo tomar, fortaleciendo un proyecto que apuesta a la producción y el trabajo; o uno al que cuando le tocó gobernar el país entre 2015 y 2019 fomentó la especulación y generó un grave daño en la industria, entre otras áreas.
Al cierre de esta editorial, tratábamos en el Congreso un nuevo régimen de biocombustibles y normativas que benefician a sectores de la producción. A su vez, mientras ha crecido la inversión en la economía real, siguen mejorando los índices productivos y de empleo en toda la Argentina. En Córdoba no podemos ir a contramano de estas tendencias.
Por eso seguimos llamando a la unidad de los sectores sindicales, PyMEs, cooperativos y productivos en general. De esa manera, podremos aportar de una manera más contundente nuestras propuestas y nuestra visión sobre cómo fortalecer al Frente de Todos, el instrumento electoral para construir un país más justo y solidario.